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Renata Schussheim

Renata Schussheim, nacida en Buenos Aires el 17 de octubre de 1949, es una artista multidisciplinaria argentina destacada en el diseño de vestuario, escenografía, ilustración y artes plásticas.Su carrera se distingue por integrar diferentes disciplinas y explorar constantemente nuevos mundos...
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Renata Schussheim, nacida en Buenos Aires el 17 de octubre de 1949, es una artista multidisciplinaria argentina destacada en el diseño de vestuario, escenografía, ilustración y artes plásticas.Su carrera se distingue por integrar diferentes disciplinas y explorar constantemente nuevos mundos creativos. Desde temprana edad, fue impulsada por su madre a estudiar dibujo y pintura. A los 13 años, comenzó a formarse con el pintor Carlos Alonso, quien la ayudó a encontrar su identidad como artista. A los 15, realizó su primera exposición en la galería El Laberinto, con dibujos influenciados por El Bosco.


A los 19 años comenzó a trabajar como diseñadora de vestuario, y su labor se expandió rápidamente a la escenografía, la fotografía y la animación. Renata ha afirmado que sus disciplinas se superponen de manera orgánica. En una de sus exposiciones combinó imágenes, videos, performances y objetos, fusionando diversas formas artísticas.

Ha trabajado en estrecha colaboración con músicos como Charly García, Luis Alberto Spinetta, Walter Giardino y Federico Moura. Con García diseñó las portadas de los discos Música del Alma y Bicicleta, y fue responsable del diseño escenográfico de sus presentaciones.
En teatro y ópera, se destacó en obras como Jesucristo Superstar, La flauta mágica y Carmen, presentadas en importantes teatros de Argentina, España, Francia y Chile. También colaboró con Oscar Araiz en Boquitas pintadas, de Manuel Puig.

En cine trabajó con Héctor Olivera en Buenos Aires Rock (1983) y desarrolló proyectos personales como la escenografía de un hotel alojamiento, explorando aspectos íntimos de la sociedad. La colaboración ha sido clave en su obra: trabajó junto a artistas como Marie Orensanz, su mentora, y Jean-François Casanova, del grupo Caviar. Para Schussheim, el estímulo mutuo entre generaciones es uno de los valores esenciales del arte.

Es reconocida por haber desarrollado en Argentina el concepto de “arte de la complicidad”, entendiendo la creación como un proceso colectivo. Su figura se destaca como la de una cómplice: una artista que se disuelve en la colaboración y, a la vez, produce obras únicas.
Fue una de las pocas artistas, junto con Marta Minujín, con una muestra individual en el CAyC de Jorge Glusberg. Su nombre se asocia con un enfoque rompedor en el arte argentino.
Ha afirmado que lo más importante es estar atenta a lo que la inspira. Su curiosidad infinita la llevó a experimentar sin apegarse a una única disciplina. “Me interesa todo”, ha dicho. Su obra refleja esa capacidad de transformación, así como su voluntad de influir, transmitir y colaborar. Así, se ha posicionado como una figura esencial del arte contemporáneo argentino, demostrando que la creatividad no tiene límites y que el arte es, ante todo, un espacio de intercambio y crecimiento continuo.

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